¿Es el zumo de frutas realmente sano para tus hijos?

¿Cuál es la diferencia entre esto y comer una pieza de fruta completa? ¿Qué alternativas tenemos para darles fruta a nuestros hijos?

Muchos padres buscan mil maneras de incentivar a sus hijos para que coman más fruta como parte de una dieta equilibrada. Los fabricantes de zumos de fruta y los equipos de marketing han hecho una gran esfuerzo para enviar el mensaje a los padres de que el zumo de frutas es una excelente fuente de vitaminas, así como una alternativa saludable a la ingesta de frutas completas. ¿Pero es verdad?

Zumo o fruta natural, ¿qué es más beneficioso para los niños?

Hace más de 17 años, las principales organizaciones pediátricas, como la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés), se posicionaron en contra del consumo de zumo de frutas para niños pequeños. Su objetivo era disuadir a los padres de servirles zumo de frutas, incluyendo aquellos 100% naturales, y darles agua o leche en su lugar. Casi 20 años después, los grupos pediátricos internacionales continúan recomendando agua o leche y evitar el zumo de fruta. ¿Por qué? Porque el zumo de fruta no es fruta.

Algunas diferencias entre el zumo de frutas y la fruta natural que debes conocer

Los zumos de frutas están lleno de calorías, carbohidratos y propician la caries dental, incluso aquellos cuya composición son 100% fruta. La fruta entera, en su estado natural, combina los azúcares naturales con la fibra, lo que ralentiza la digestión y sirve para limitar los picos de azúcar en la sangre. Además, la fibra produce sensación de saciedad, lo cual reduce la cantidad de fruta que podemos ingerir. Por el contrario, el zumo de fruta elimina toda la fibra y deja solo los azúcares naturales de la fruta que se absorben rápidamente y provocan picos de azúcar en sangre. Además, el zumo pasa rápidamente por el estómago y no lo llena, lo que significa que los niños pueden consumir más calorías en forma de jugo de lo que podrían si estuvieran comiendo la pieza de fruta correspondiente.

Para entender esto de forma concreta, veamos un ejemplo. Un vaso típico de 8 onzas (250 ml) de jugo de naranja 100% natural tiene aproximadamente 2,5 veces más cantidad de azúcar natural que en su forma de naranja entera. Pero no es ahí donde terminan las diferencias, mira esta comparación:

  100% zumo de naranja, ración promedio 8-oz. (250ml) 1 naranja completa de tamaño mediano
Calorías 112 calorías 45 calorías
Azúcar 20,8 gramos 9 gramos
Fibra 0,1 gramos 2,3 gramos

Como puedes ver, el zumo de fruta proporciona más calorías, más azúcares naturales y menos fibra que una pieza de fruta entera. Esta diferencia no se limita solamente al zumo de naranja, sino que se aplica también al resto de frutas. Este es el aspecto del jugo de manzana en comparación con una manzana entera:

  100% zumo de manzana, ración promedio 8-oz. (250ml) 1 manzana completa de tamaño mediano
Calorías 120 calorías 72 calorías
Azúcar 27,2 gramos 14,3 gramos
Fibra 0,3 gramos 3,3 gramos

No importa qué fruta se trate, la fruta entera siempre es mejor que el zumo. Varios estudios han demostrado que el consumo excesivo de zumo de fruta, incluso el 100% natural, está asociado con la caries dental, la obesidad y la baja estatura en los niños.

Entonces, ¿qué bebidas para niños debemos elegir como padres?

Aquí te doy recomendaciones claras para apoyar una dieta saludable que fomente el consumo de frutas enteras en lugar de zumos:

  • Bebés (0-12 meses): Leche materna o en polvo, exclusivamente, durante los primeros 6 meses de vida. De 6 meses a 12 meses, los padres deben ofrecer cantidades suficientes de leche materna o leche en polvo para bebés a la vez que vamos introduciendo alimentos sólidos. El zumo de fruta no ofrece ningún beneficio nutricional a los bebés menores de 12 meses. Alrededor de los 6 meses, se puede ofrecer una taza de agua para que el bebé pueda aprender a beber de una taza sorbiendo. Estas recomendaciones aseguran una ingesta adecuada de proteínas, grasas y minerales necesarios para un crecimiento y desarrollo adecuados durante el primer año de vida.
  • Niños de 1 a 3 años: los padres pueden ofrecer un máximo de 4 onzas (125 ml) de zumo de fruta al 100% natural al día. Los niños solo necesitan leche y agua para complementar una dieta balanceada para satisfacer sus necesidades energéticas diarias y fomentar un crecimiento y desarrollo saludables.
  • Niños de 4 a 6 años: los padres pueden ofrecer un máximo de 4-6 onzas (125-185 ml) de zumo de fruta 100% natural al día. La leche y el agua son las únicas bebidas necesarias para complementar una dieta equilibrada que satisfaga las necesidades energéticas y respalde un crecimiento y desarrollo saludables durante esta etapa.
  • Niños de 7-18 años: los padres pueden ofrecer un máximo de 8 onzas (250 ml) de jugo de fruta al 100% al día. Nuevamente, la leche y el agua son las únicas bebidas necesarias para completar una dieta equilibrada que satisfaga las necesidades energéticas y respalde un crecimiento y desarrollo saludables durante esta etapa.

La conclusión es que a los niños se les debe servir fruta fresca entera en lugar de jugos de fruta para prevenir la caries dental, prevenir la obesidad y apoyar un crecimiento y desarrollo óptimos. La información citada en este artículo se ha centrado en el zumo de fruta al 100% natural, pero la también se aplica a los zumos de frutas no naturales, o a aquellos que son 100% combinados con otras bebidas como leche, té o refresco.

Y tú, ¿cómo le das la fruta a tu hijo, en zumo o natural? Cuéntanos tu experiencia y comparte tus comentarios con nosotros.


Fuentes:

Dennison, B.A. , et al. (1997). Pediatrics 99(1), pp. 15-22. 

Heyman, M.B., & Abrams, S.A. (2017). Fruit juice in infants, children and adolescents: current recommendations. Pediatrics 139(6): e20170967

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Sobre la Instructora
Paternidad Proactiva
Dra. Deanna Marie Mason PhD
Mas de 20 años de experiencia clínica ayudando a familias: Licenciada en Enfermería, Máster en Práctica Avanzada de Enfermería: Pedriatric Nurse Practitioner y Doctorado (PhD) en enfermería. Profesora universitaria, especialista en educación del paciente, investigadora pediátrica, colaboración con publicaciones científicas internacionales de primer nivel, actividad filantrópica continuada relacionada con la promoción de la salud y el bienestar, esposa y madre de dos hijos.

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